Siempre he relacionado el Síndrome del Shock Tóxico (SST) con los tampones, pero hay mucho más. He estado leyendo y el Síndrome del Shock Tóxico es una enfermedad grave que puede ser causada por dos tipos de bacterias: el Streptococcus pyogenes y el Staphylococcus aureus. Afecta a todas las personas, no solo a aquellas que tienen útero y usan tampones.
Estas bacterias se encuentran en la piel, nariz, vagina y otras mucosas de nuestro cuerpo, y puede ser provocado por infecciones cutáneas, quemaduras y operaciones quirúrgicas. El problema es que hay personas que no tienen anticuerpos frente a estas bacterias y como no existe ningún método para detectarlo, todas corremos el riesgo.
Muchos estudios indican que la gran capacidad que tienen los tampones para absorber fluidos y su colocación en el interior de la vagina, permiten que haya una mayor concentración de oxígeno en la zona, lo que puede generar la producción de estas y otras bacterias.
Usar tampones de gran absorción cuando no es necesario o dejarlos dentro de la vagina más de 4 horas, aumenta todavía las probabilidades de SST, pero ojo, con la copa menstrual también hay posibilidades de manifestarla. Esto es porque al introducirlo en el interior de nuestra vagina y entrar en contacto directamente con nuestras mucosas el proceso es similar, aunque en mucha menor medida.
Por ello, es muy importante que mantengas limpia tus genitales (sin jabón, solo con agua), que laves tus manos antes de introducirte nada en la vagina y que tu copa menstrual esté muy limpia antes de colocarla.

Como ya sabrás, el sangrado libre y/o las compresas de tela son otras alternativas que aunque precisen de la misma limpieza, no se introducen en la vagina y por tanto hay un riesgo mínimo de SST. ¡Espera!, ¿qué es el sangrado libre? Pues eso, dejar que la sangre de nuestra menstruación salga de nuestro útero, por nuestra vagina, hasta fuera, sin usar copas ni tampones. Es simple ¿verdad? A muchas les puede parecer una moda, algo sucio o un acto innecesario debido al mundo tan “evolucionado” en el que vivimos, indaguemos un poco más.
Nuestras antepasadas, que no contaban con ninguna herramienta para recoger su sangre menstrual (y que no lo vivían como un tabú social), no usaban nada en sus vaginas y dejaban que la sangre saliese libre, haciendo en esos días todo tipo de actividad sin miedo o pudor. Este “movimiento” volvió en la década de los 70 como protesta a raíz de la aparición de muchos casos de síndrome de shock tóxico (una infección provocada por el uso de tampones y que puede llegar a ser mortal), y desde hace unos años se está visibilizando cada vez más.
Al tomar un analgésico contra el dolor, al ponernos un tampón toda la noche o una copa durante horas, estamos silenciando una parte de nosotras y aunque utilicemos materiales ecológicos para llevar una menstruación muy sostenible, debemos ver, oler y tocar nuestra sangre para no temerla nunca más. Cada una sigue su camino y menstrúa como quiere y desde donde quiere y el sangrado libre es, sobre todo, un movimiento reivindicativo con varios objetivos, pero el principal es el de normalizar la menstruación y acabar con los tabús que todavía existen en torno a ella.
La maratoniana Kiran Gabdhi corriendo mientras sangraba libremente o la ilustradora Rupi Kaur publicando una foto suya con un pantalón manchado son buenos ejemplos que dieron la vuelta al mundo hace pocos años. Pero también hay mujeres como Rous Baltrons o Cèlia de The free regla, que lo muestran en sus redes sociales para que todas podamos aprender un poco más de esta técnica y vivir las menstruaciones de manera mucho más consciente y con una mayor conexión entre nuestro útero y nuestra mente.
Según Lola Hernández, de La Caravana Roja, para poder controlar nuestro sangrado libre “se requiere escuchar las señales de nuestro cuerpo, ya que cuando la sangre menstrual se expulsa, es a través de las contracciones que realiza nuestro útero”, y debemos estar atentas para reconocer los signos y poder recoger la sangre en un vaso o limpiarnos con papel. Esto no significa que de un día para otro notemos esas contracciones y consigamos vivir una menstruación con sangrado libre sin mancharnos, necesitamos un poco de práctica y de conocimiento de nuestro propio cuerpo para identificar las señales pero puedes empezar a hacerlo hoy mismo y si te manchas, simplemente te limpias.
Entonces, ¿cómo podemos llevarlo a cabo? Pues practicando con ejercicios de relajación de útero para entrar en contacto con nosotras mismas y disfrutar del proceso sin autoexigencia. Pero no es necesario tener un suelo pélvico fuerte para que, al contraer la vagina, seamos capaces de retener el flujo. Dejemos que la sangre caiga con la gravedad y nada más. No es cuestión de retener sino de soltar.
Es importante vivir estos días desde la calma, sin hacer grandes esfuerzos, porque nuestro día a día se nos hará muy complejo si cada poco tiempo tenemos que cambiar nuestros pantalones o estar en el baño limpiándonos constantemente. Y es así como con el sangrado libre generamos más consciencia sobre nuestro cuerpo y sobre cómo lo tratamos. Quizás practicar el sangrado libre con una ropa ajustada y grandes costuras y trabajar en una oficina no es lo mas conveniente. Es preferible pasar unos días en casa, con faldas o pantalones sueltos, ligeros, sin bragas o con ellas, sintiendo cómo nuestro útero se contrae y expulsa la sangre, y pudiendo recogerla y limpiarnos sin vivir en un agobio constante.
¿Te atreves a dejar los tampones y la copa y probar el sangrado libre?