Durante muchísimo tiempo la menstruación se ha considerado como algo tabú en nuestra sociedad, hay gente que, hoy en día, todavía lo considera así. Incluso, hay muchas partes del mundo dónde continúa siendo un problema para las mujeres por considerarse algo sucio e impuro (Nepal, India, Ghana, Afganistán…).
Los procesos femeninos están generalmente rodeados de mitos y tabúes. Vivimos en una sociedad que no muestra ningún respeto por nuestro ciclos, y que prefiere omitir información y seguir dando coba a fábulas y leyendas que nos alejan de lo que realmente sucede en nuestros cuerpos a lo largo de toda nuestra vida.
Todas esas historias que nos cuentan cuando «nos hacemos mujeres» son parte de la exclusión hacia las mujeres, pero chicas: nuestro cuerpo es un templo y no tenemos que avergonzarnos de él en ningún aspecto, y mucho menos cuando menstruamos.
¿A cuántas de vosotras os han dicho al tener la menstruación ya no os podéis acercar a los chicos? ¿Os han dado alguna otra explicación? ¿Y que no te puedes duchar porque se corta la regla? O que no puedes hacer mayonesa o cocinar ciertos productos; nadie se tiene que enterar de si estás sangrando o no; cuidado no manches la ropa; que nadie note nada y si te duele, tampoco lo cuentes, tómate una pastilla y ya está.
Todo esto nos va desconectando de nuestros procesos y está claro que hay una intención: hacernos sentir débiles, enfermas, fuera de la norma y sobre todo, que no tengamos conocimiento de nuestro propio proceso interno.

Conocer nuestro ciclo menstrual es un trabajo personal muy intenso que cambia la percepción de nuestras vidas. Las mujeres nos acercamos más que nunca a nuestras profundidades y conectamos con nosotras mismas mirando hacia dentro, observando los pequeños detalles y perdiendo el miedo a saber cómo somos en nuestro lado más salvaje.
Ofrezcamos una alternativa ante el miedo a nuestra menstruación: la de conocerla, entenderla y ser conscientes de ella, del papel que juega en nuestro desarrollo, de llegar incluso a esperarla con agrado y gestionar de esta manera mejor nuestros estados de ánimo, emociones y necesidades. La toma de conciencia propia nos permitirá un acompañamiento a la infancia en sus procesos hacia la adolescencia y continuar el camino en las etapas vitales siguientes.
Conexión con nosotras mismas, eso es lo que necesitamos. Debes encontrar las mejores herramientas para comenzar a ser más consciente de tus ciclos y de los momentos cubre de la vida de una mujer. Porque la sociedad no nos lo va a poner nada fácil y está claro que no quiere que veamos el gran poder que tenemos las mujeres, y eso es patriarcado amigas.
Por ello considero que precisamos con urgencia una educación sexual y menstrual que hable de la parte más fisiológica, de qué pasa exactamente en el cuerpo de una mujer. Pero también de la parte holística, que relacione nuestra energía a nuestro momento de vida, que nos hable de arquetipos, que nos hable de prácticas sanadoras, del poder de los círculos de mujeres,.. y sobre todo, necesitamos una educación social, que explique, tanto a hombres como a mujeres, todos estos procesos de manera clara y natural.
Solo así podremos conseguir cambios en este paradigma, porque, si de nuevo, el peso y la responsabilidad de educar, conocer y transmitir toda esta información, rompiendo con los modelos sociales, solo recae en nosotras, el esfuerzo será sobrehumano y el resultado no será el que esperamos: que toda la población acepte y desmitifique los ciclos femeninos.
Esto afecta a toda la población y la principal causa de la desigualdad es la poca información que se da a la población en general acerca del ciclo menstrual porque se sigue tratando como un tabú. La menstruación, el ciclo menstrual, es el mayor signo de vida, así que repetid conmigo y grabaros esto a fuego: NO DEJÉIS QUE NADIE OS HAGA SENTIR ASCO O MIEDO A UNA DE LAS MEJORES COSAS QUE NOS PASA A LAS MUJERES, NUESTRO CICLO MENSTRUAL.
